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ESCUELA RURAL

¿ESCUELA RURAL O ESCUELA EN LO RURAL?

¿ESCUELA RURAL O ESCUELA EN LO RURAL?
Hace catorce años, en 1994, Miguel Ángel Ortega hizo una revisión muy interesante sobre las escuelas ubicadas en territorio rural en comparación con las escuelas ubicadas en territorio urbano. Aunque hayan pasado catorce años desde entonces, me parece que Miguel Ángel da una perspectiva muy clara del por qué de la diferenciación entre escuelas rurales y escuelas urbanas y cómo se presentaba la situación en 1994.

Para entender el ‘problema’ de la escuela rural, hay que remontarse a los orígenes de la escuela, que no nació en los pueblos, sino en las ciudades, y que no nació a causa de exigencias educativas, si no laborales y políticas; de hecho, a través de las escuelas, el poder político se legitima, estableciendo diferencias insalvables entre el mundo rural y el mundo urbano, otorgando la sabiduría, las posibilidades y el poder a las ciudades.

Se crea así un proceso de asimilación a través del cual se intenta que el modelo educativo ‘bueno’, es decir, el que se imparte en las ciudades, se inculque también en las zonas rurales, sin importar si realmente era el modelo más apropiado de enseñanza para los pueblos. Además se empieza una especie de cruzadas por la educación, y a través de las Misiones Pedagógicas, el gobierno se propone llevar la cultura, la educación ciudadana, los intereses espirituales, etc. a las zonas rurales, trabajando no sólo con los niños, sino también con sus familias, que representan el mayor obstáculo para la intervención de los maestros.

A mediados de siglo, con el industrialismo agrario y la imposición de una sociedad cada vez más capitalista, también la educación sufre cambios, viviendo un proceso de tecnificación curricular y organizativa y ampliándose la escolaridad obligatoria hasta los 14 años. En este momento es cuando las escuelas unitarias dejan de existir en su mayoría (preferidas sólo por los profesores más conservadores) para dejar paso a las nuevas Escuelas Nacionales divididas por cursos y profesorado especializado (la nueva generación de profesorado). La política educativa de aquellos años fue duramente criticada, sobre todo, por ser un instrumento de dominación y homogeneización capitalista.

Con la llegada del PSOE al gobierno, prima el concepto de educación compensatoria, y las escuelas rurales pasan a ser ‘de riesgo’ y empiezan a recibir más subvenciones y más atención para el profesorado.

Pasa el tiempo y se implanta la LOGSE, que también es duramente criticada, sobre todo desde un punto de vista multicultural y de la enseñanza de la cultura occidental como la única cultura posible. Nacen entonces los proyectos curriculares, concebidos como herramienta para que el profesorado evalúe cuales son los saberes que deben transmitir al alumnado, pero que finalmente no tiene el sentido deseado.

Miguel Ángel dedica la última parte de su artículo a demostrar que a pesar del transcurso de los años y de las diferentes normas y leyes, la evolución de las escuelas rurales y urbanas ha sido cuanto menos cuestionable, y cómo desde los mismos libros de texto, o desde los contenidos curriculares impartidos en cada centro, el ámbito rural es discriminado de manera reiterada.  Los propios profesores de escuelas rurales, hacen tres críticas principales a las escuelas donde trabajan para explicar el enorme índice de fracaso escolar: el ambiente (las familias), la falta de equipamiento y el olvido por parte de las administraciones; pero se olvidan de pensar en el problema de fondo: de dónde vienen las escuelas rurales, y respecto a qué fracasan.

 

Para información más detallada consultar:

Ortega, M. A. (1994) ‘¿Escuela rural o escuela en lo rural? Algunas anotaciones sobre una frase hecha.’ En: Revista de educación. Nº 303. pp. 211-242 

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